Teoría Crítica del Liderazgo

            El camino del líder va más allá que de la brecha que hay que recorrer, es un largo proceso en que el desarrollo de las personas se hace duro y dificultoso por los hábitos que hay que cambiar, al final de ellos la persona es alguien nueva, aprende a conocerse a sí misma y a los demás, sabe a dónde quiere llegar, pero conoce el momento en que debe detenerse; se adapta a los cambios y crea proponiendo nuevos paradigmas, ha aprendido a reaccionar favorablemente ante los problemas, así como también aprende a usar los nuevos conocimientos, no sólo son elocuentes, sino que saben oír y usan la comunicación para fines que contribuyen al bienestar de la organización.

            Fue Adair (1990), citado del Mòdulo UPEL-D.6 (1996) quien lo relaciona de la siguiente manera: “El liderazgo de un director se extiende a todo aquel que trabaja en la comunidad escolar, pero es prioritario estimular al cuerpo académico a que se considere como el equipo de liderazgo de la escuela” (p. 242). Es por eso que el liderazgo es uno de los procesos que reviste mayor interés e importancia en la vida de cualquier grupo humano.

            Katz-Kahn, citado del Módulo UPEL-D.6 (1980), señala: “…El liderazgo es un concepto de relación que incluye dos términos: el agente que influye y la persona influida” (p. 136).

            Este concepto de relación implica que el director es un ente conductor de hombres y mujeres que están inmersos en el proceso educativo y por lo tanto debe poseer estilos o tipos de liderazgos para ayudar a los seguidores a dar lo mejor de sí mismo.

            Desde el punto de vista de las características, personales del director, líder para conducir un grupo, se han aceptado tres estilos o tipos de liderazgos a saber: el autocrático que es elegido por el grupo o es designado por alguna autoridad externa; actúa como “jefe” y toma las decisiones en nombre del grupo, no permite la participación de ningún miembro del grupo en los procesos, está más atento al tema, o a las tareas y no a las personas; otorga una gran importancia al crecimiento y desarrollo personal, de todos los miembros del grupo. El líder promueve la participación de todos, en virtud de que valoran a las personas como tal. El líder Laissez – faire, significa dejar de hacer, dejar pasar. Este tipo de líder dirige al grupo sin dirección, los participantes actúan en completa libertad, sin ninguna guía, control o ayuda.

            Hollander y Julian (s.f), señalan que: “El liderazgo no consiste en una serie de cualidades innatas, sino en una transacción.          La relación entre dirigente y dirigido se desarrolla con el tiempo y supone un mutuo intercambio, o transacción entre ambos” (p. 137).

            En relación a lo antes dicho esto se deduce, que las cualidades de un líder no son innatas sino que son adquiridas a través del tiempo o experiencia.