La inteligencia emocional como disciplina novedosa, estudia las
fuerzas que afectan la conducta de individual y grupal, comenzando por analizar
la situación grupal como un todo con forma propia. Del conocimiento y
comprensión de ese todo y de su estructura, surge el conocimiento y la
comprensión de cada uno de los aspectos particulares de la vida del individuo y
de un grupo y sus componentes (Villaverde, 1974, p. 78).
Las técnicas para el desarrollo de la
inteligencia emocional, como técnicas grupales, poseen características
variables que las hacen aptas para determinados grupos en distintas circunstancias.
Entre las áreas más importantes de aplicación destacan:
- Formativa: todo grupo tiende a mejorar a sus integrantes, es
decir, a brindarles la posibilidad de desarrollar capacidades o potencialidades
diferentes al simple conocimiento, y de superar problemas personales, por el
mero hecho de compartir una situación con otros, cuando las condiciones del
grupo se presentan positivas.
- Psicoterapéutica: los grupos pueden curar. En esto trabajan los
psicoanalistas de grupo.
- Educativa: los grupos pueden ser empleados con el fin expreso de
aprender.
- Sociabilización: los grupos provocan que sus integrantes aprendan
a comunicarse y aprendan a convivir.
- Trabajo en equipo: los grupos generan formas de trabajo en
conjunto.
La aplicación concreta de estas técnicas grupales en
el mundo real se realiza principalmente en: organizaciones laborales, educación,
psicoterapia de grupo integración familiar organizaciones religiosas, trabajo
en comunidades grupos scouts, grupos multinivel, entre otros (Villaverde, 1974,
p. 86).
Las técnicas para el desarrollo de la inteligencia
emocional tienen la gran ventaja, a diferencia de otras, que proporcionan un contexto
para que al mismo tiempo se facilite el aprendizaje en tres terrenos
específicos, tal como lo plantean Banny-Jhouson (1987):
- Conocimientos y cómo aplicarlos
- Habilidades
- Valores y actitudes (p.132).
Las técnicas para
el desarrollo de la inteligencia emocional aplicada son procedimientos o medios
sistematizados de organización y desarrollo de la actividad de grupo,
fundamentados en la teoría de la Inteligencia emocional. Esto son medios,
métodos o herramientas, empleados al trabajar con grupos para lograr la acción
del mismo. Tienen el poder de activar los impulsos y las motivaciones
individuales y de estimular tanto la dinámica interna como la externa, de
manera que las fuerzas puedan estar mejor integradas y dirigidas hacia las
metas del grupo (p. 134).
Como se le concibe
corrientemente, son técnicas que procuran lograr que los integrantes de un
grupo adquieran, gracias a los procesos observados y experimentados en él, conceptos,
conocimientos y en particular, nuevos comportamientos.
Las experiencias
grupales son consideradas como un modelo reducido de la sociedad y un
laboratorio donde los individuos realizan una investigación sobre ellos mismos,
pero al mismo tiempo sobre los grupos sociales en general. Las técnicas
grupales no deben ser consideradas como fines en sí mismas, sino como
instrumentos o medios para el logro de la verdadera finalidad grupal.
Las técnicas para el desarrollo de la
inteligencia emocional adquieren un valor específico de diversión que no sólo
estimula emotividad y la sensibilización, sino que también introduce dinamismo
y tensión positiva en los grupos. El carácter de juego encierra, además, un
doble aspecto: por una parte, implica el hecho de desligarse de la seria
situación del momento y, por otra parte, logra una identificación profunda con
los problemas con los cuales se trabaja. Identificación imposible de obtener de
otro modo. Por otro lado, la proposición de un juego suele ir unida a un cambio
en el medio de interacción. Lo más importante es qué el carácter de juego
integra los seis componentes esenciales del ser humano: corporal, afectivo,
cognitivo, social, estético y espiritual (Banny-Jhouson, 1987, p. 143).
A las técnicas
para el desarrollo de la inteligencia emocional también se les ha llamado
"vivénciales", porque hacen vivir o sentir una situación real. Lo
cual es muy importante porque hoy más que nunca, la educación se vuelve
formativa y deja de ser informativa para convertirse en conocimiento vivencial.
Las técnicas para el desarrollo de la inteligencia emocional proporcionan vivencias
bajo la forma de juegos o ejercicios con una estructura mínima para que las
personas puedan sacar el mayor partido de la experiencia (Vela, 1980, p. 38).
A las técnicas
para el desarrollo de la inteligencia emocional se les denominan también
"experiencias estructuradas", porque son diseñadas con base a
experiencias del mundo real que se estructuran para fines de aprendizaje. Lo
que se busca es que las personas experimenten el hecho como si éste en realidad
estuviera sucediendo.
El grupo funciona como un todo en el
tratamiento, el debate o la visualización. Un ejemplo podría ser cualquier
invitación abierta a que el grupo plantee cualquier duda o pregunta. Las
dinámicas para todo el grupo suelen encajar bien al principio y o al final de
la formación, para crear o restablecer la sintonía de grupo (Vela, 1980, p. 39).
Los grupos pueden
ser grandes o pequeños. Un ejemplo de dinámica entre grupos sería aquélla en la
que un grupo diseña y dirige una actividad para otro grupo; otro ejemplo son las
dinámicas de modelos competencia, en las que distintos grupos resuelven
problemas compitiendo entre sí o bien se encargan de llevar una parte distinta
del proceso. Tanto los diseños para todo el grupo como los de entre grupos se
concentran en la competencia, cooperación y el trabajo en equipo
Siguiendo a Vela
interpersonales dentro de un grupo, es la estructura más utilizada para
practicar habilidades interpersonales, y es a la que prestaremos mayor
atención. Característicamente, habrá una persona que practica la habilidad, también
habrá un cliente o un sujeto que plantea un problema o una cuestión, o bien que
proporciona un problema real para que un participante trabaje con él. Además
puede haber un observador. Este observador controlará el tiempo y al final
proporcionará información útil. El tamaño de cada grupo puede oscilar entre dos
y cinco personas (p. 42).
Por otra parte, intrapersonal,
se refiere cuando el centro de atención está en lo que ocurre en el interior de
la persona. El individuo incrementa su conciencia de sí mismo sin trabajar con
otra persona. Como ejemplo de este tipo se podría citar el trance, las
meditaciones, la fantasía guiada o el trabajo escrito (p. 42).
Y sobre el diseño
de técnicas para el desarrollo de la inteligencia emocional se parte del
fundamento que para la adquisición de conocimientos es indispensable una
vivencia o experiencia. En las dinámicas, el grupo aprende mediante la práctica
en un entorno seguro. Las buenas dinámicas proporcionan a los alumnos el máximo
aprendizaje en el mayor número posible de niveles (p. 45).
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