YO MANUEL CARLOS
Hoy me leyeron la sentencia...es el final, mis compañeros, los que se decían mis amigos me condenaron a muerte, una sentencia que ya había sido tomada hace mucho tiempo, es el golpe de gracia, el jaque mate de este juego estúpido, el epílogo de este final anunciado desde que empecé en esta lucha que hice mía sin estar invitado, una lucha que hoy llega a su fin, llegué inocentemente a pensar que a pesar de todas las circunstancias adversas al final se impondría la verdad y la justicia, y los que aspiramos a un verdadero cambio ayudaríamos a impulsar la igualdad en todos los sentidos, porque esa igualdad es la evolución lógica de esta lucha, por más que los mantuanos, godos y terratenientes quieran poner freno y barreras, este pueblo una vez desatado, no podrá ser detenido, son muchos años de vejaciones, de discriminación, de rencores sociales, ellos no comprenden al pueblo llano, ellos no luchan por la libertad y menos por la igualdad, ellos solo quieren el poder, libertad para manejar el poder y la riqueza del país, y este pueblo ignorante e inocente, que no tiene conciencia de unidad, no entiende de patrias ni de naciones, no se lanzó a esta lucha por el honor o la patria, o por la gloria, lo hace por la riqueza que puede conseguir y un sistema de igualdades, por formar parte de un mundo donde se le ha excluido por siempre, yo lo he vivido, en mi ejercito siempre tuve que educar a esta masa irredenta, tuve que poner freno a todas las pasiones desatadas, que una vez embriagado de poder y luego de cada triunfo se emborracha, roba, viola, mata y veja como una forma de vengar tantas afrentas, yo logré imponerme y eliminar este comportamiento, al menos en mi ejercito, yo les mostré un camino distinto, un camino de honor, de compromiso social, los formé militarmente, les di disciplina, traté de sacarlos del analfabetismo en que se encuentran, los convertí en los mejores soldados del mundo, por eso son mi orgullo y por esto los godos y mantuanos me criticaron y hasta usaron eso en mi contra en el juicio, para acusarme de promover una lucha de clases, de ser un sedicioso... bastante me lo advirtieron mis verdaderos amigos, esos que hoy lloran conmigo mi derrota, mis soldados, mi pueblo que tanto confió en mi, no en valde me nombraron General en Jefe, nadie quien no fuera mantuano había ostentado este cargo, con razón se empeñaron tanto en que mi fusilamiento fuera con degradación, no podían soportar que un mulato según ellos, les diera órdenes, siempre fue así, así hicieron que Miranda fracasase y hoy se pudre en la Carraca, hoy acepto que fui un bolsa, que no tuve la viveza ni la visión política tan necesaria en este mundo de intrigas y chismes, inocente de mi que me creí por encima de esas pendejadas, hoy comprendo que el pendejo fui yo, por inocente y confiado, sentí que con mis méritos y triunfos bastaba para mantenerme lejos de las intrigas, pero la dura realidad me devuelve mis cartas... Quien recogerá mis banderas? Quien encabezará esta lucha por la igualdad, por la justicia, por el hombre nuevo? tengo fe y esperanza que surgirá alguien del pueblo no importa que no sea ahora, lo importante es que se pondrá al frente de los desposeídos de los desesperados para formar un mundo mejor para tanto pobre, hoy sin esperanzas... por eso los mismos que me siguen hoy y siguen a Páez, ayer siguieron a Boves, aunque un poco tarde lo comprendí a tiempo, que pasará con tanta esperanza trunca, que pasará con los indios, los negros, los pobres, los desposeídos de esta tierra que hoy tienen tanta esperanza y mañana se les dejará de nuevo fuera del juego y lejos de las libertades y bondades por las que luchó, sin duda será duro aceptar eso para ellos, quizás por ahora no reaccionarán pero luego de probar ser libres y sentir bien cerca la igualdad y la justicia va a buscar esa igualdad a como de lugar, aunque tengan que lanzarse en otra guerra, que quizas será mas desastrosa que esta que se libra contra el imperio español, yo no veré eso, pero aún así me duele, me duele por el tiempo perdido y las vidas que se perderán, mañana 16 de octubre, a las 5 de la tarde caeré fusilado, y según mi análisis no me sepultarán en ningún cementerio, lo se, mis enemigos no quieren que mi tumba sea sitio de peregrinación, pero lo que no saben ellos es que asi lo prefiero yo, tampoco quiero flores ni llantos, me voy tranquilo y orgulloso de lo que soy y fui, me voy limpio de rencores y amarguras aún condenado siento que no estoy equivocado, y reafirmo que YO, MANUEL CARLOS PIAR, GENERAL EN JEFE DE LOS EJÉRCITOS VENEZOLANOS Y LIBERTADOR DE LA GRAN GUAYANA lo di todo por lo que creí y le dejo a este pueblo y a este mi ejercito lo único que me queda, mi lucha, mi fe y mi esperanza...
