Cuando un individuo observa un objeto y trata de interpretar lo que ve, esta interpretación sufre una influencia considerable de las características personales del receptor. Entre las características personales que influyen en la percepción se encuentran las actitudes, personalidad, motivaciones, intereses, experiencias y esperanza.
Las características de los objetos observados pueden afectar lo que se percibe. La gente ruidosa es más notable en un grupo que la callada. Los mismos pasan con las personas muy atractivas o muy feas.
El contexto en el que vemos los objetivos o los acontecimientos también es importante. El momento de la percepción ejerce un influjo en la atención, al igual que el lugar, luz, calor o cualesquiera otros factores de la situación.
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