TRES MEDIOS PARA OBTENER EL PODER DE LA CREENCIA EN EL TRIUNFO.

Siempre piense en el éxito, nunca piense en el fracaso. Cuando se le presente una situación difícil no piense nunca: probablemente perderé.
Diga más bien: venceré. Al pensar en probables éxitos su mente crea planes que los producen.
Recuerde que usted es mejor de lo que cree ser. Los afortunados no son superhombres. El éxito no exige tener una superinteligencia. Los sujetos exitosos son por lo general, personas ordinarias, pero que han desarrollado la creencia de que si pueden triunfar y creen en el buen resultado de lo que hacen. Nunca se venda usted barato. ¡Nunca se venda a bajo precio! Usted vale mucho más de lo que se imagina.
Procure pensar en grande: si piensa en metas reducidas obtendrá realizaciones mínimas. Si se propone metas grandes, obtendrá éxitos grandes.
Como se puede apreciar a través de lo descrito por estos autores, en el éxito confluyen muchos aspectos y circunstancias relacionadas con las personas; pero lo que si es notable, es que independientemente del marco cultural, religioso o social de los autores, éstos coinciden en el valor inmensurable del hombre, apreciándose en sus escritos mensajes nutritivos destinados a potencializar al individuo, con la intención de que desarrolle toda una programación positiva hacia su realización.
Para Ringer (1991), mantener una auténtica actitud mental positiva (AMP) es abrazar de modo permanente lo que él llama hábito de actitud. Hay que hacer algo más que usar las emociones: hay que intelectualizar, es decir, analizar y comprender exactamente lo que la actitud mental positiva (AMP), y cómo y por qué actúa de modo efectivo. No hay nada mágico, esotérico; el fundamento para conseguir y mantener una AMP es la fe. La actitud mental positiva sin fe no es más que una simple representación teatral que a la primera señal de cualquier problema, abandonará al actor. La fe es un componente esencial del hábito de la actitud. Robbins (1991) en su libro Poder sin límites, señala algunos elementos que resultan claves para éxito:
- Es conveniente representar nuestras experiencias de manera que nos capacite para producir resultados aun mejores para nosotros mismos y para los demás.
- Hallar para cada experiencia el marco de referencia más útil, a fin de convertirla en algo que favorezca en vez de perjudicarla.

- La capacidad de eliminar de nuestro entorno aquellos factores desencadenantes que tienden a suscitar en nosotros estados desagradables o de decaimiento y a instaurar estados positivos en nosotros mismos y en otros.
Para los que nos desenvolvemos en este campo de la ayuda personal, resulta significativo el hecho de que muchos de los problemas que aquejan a diario a las personas que nos consultan, y lo que nos ocurren a nosotros mismos, tienen como común denominador a la persona; bien sea para resolverlos o para agudizarlos, la cuestión es que el sujeto debe ser el dueño de la situación.
Al respecto, Ringer (1991) expresa que a un ser humano se le puede arrebatar todo menos una cosa, la última de las libertades humanas: la de elegir la propia actitud en cualquier serie de circunstancias dadas, la libertad de elegir su propio camino.
Dyer (1987) comenta, en relación con el control que tienen las personas sobre sí mismas, que los sentimientos no son simples emociones que suceden.
Los sentimientos son reacciones que se eligen tener. Si somos dueños de nuestras propias emociones, si las controlamos, no tendremos que escoger reacciones de autoderrota. No podemos tener un sentimiento sin antes haber experimentado un pensamiento. Un sentimiento es una reacción física a un pensamiento.
Al tomar en cuenta algunas de las características aportadas por estos autores, podríamos definir el éxito como:
Un estado emocional, a la vez cognitivo , que nos impulsa hacia metas concretas y planificadas, creando en la persona estados energéticos que movilizan y dirigen una serie de acciones necesarias para la obtención de un resultado específico, produciendo esa sensación de gratificación y satisfacción plenas, y de reconocimiento, de los que nos rodean.